España, Francia, Portugal, Suecia... la variedad de climas y mercados permite adoptar un enfoque diversificado de los vinos responsables
En lo relativo a la reducción del uso de pesticidas, los territorios del espacio SUDOE (más de 280 000 explotaciones vitícolas) se han dotado de medios distintos para adaptarse a la reorientación indispensable de la viticultura. Los retos sanitarios de la viña no son los mismos en las regiones mediterráneas y oceánicas. Por lo tanto, es necesario proponer dispositivos de reducción de los insumos de manera localizada y adaptada a las especificidades de los climas y de las empresas. Actualmente, también hay muchas esperanzas puestas en la búsqueda de cepas resistentes a las enfermedades, una investigación llevada a cabo en varios países europeos (Francia, Alemania, Italia, Suiza). Es necesario estudiar la validez de su rendimiento cualitativo, informándose sobre su homologación a nivel reglamentario. Ofrecer, si es posible, una alternativa tanto a nuestras vides vitis vinifera (principal especie de vid cultivada en el mundo), actualmente sensibles a las enfermedades y, por consiguiente, consumidoras de pesticidas, como a los híbridos antiguos menos cualitativos, sin olvidar las prácticas enológicas revisadas para reducir los insumos.
Las soluciones se adaptarán en función de los contextos, y las distintas soluciones técnicas no serán siembre viables desde el punto de vista económico. La adecuación entre la oferta y la demanda se anticipará a la realidad de las características de la demanda y a sus contradicciones, a las dificultades de modificación de los comportamientos de los actores del sector y a los obstáculos institucionales y reglamentarios.