La responsabilidad social empresarial (RSE) corresponde a la integración de las preocupaciones sociales y medioambientales de las empresas en sus actividades económicas y en sus interacciones con sus partes interesadas (proveedores, distribuidores, etc.).
Estos enfoques se adoptan de manera voluntaria y, por lo tanto, no existe una obligación normativa. Son objeto de numerosos debates entre los economistas, que suelen concentrarse en la interacción entre la eficiencia social y la eficiencia financiera de la empresa. No obstante, a largo plazo suele ser más rentable tener una estrategia de RSE que menospreciarla.
La RSE es objeto de una certificación ISO 26030 para el sector agroalimentario, que sigue en fase de negociación entre 54 países de todo el mundo. El reto que esto plantea es de gran importancia, ya que los intercambios podrían verse en parte condicionados por la adopción de esta certificación. Además, esta certificación podría convertirse en requisito previo para el suministro de ciertos grandes importadores o distribuidores.