La demanda del público se orienta hacia productos que contienen menos aditivos y auxiliares enológicos. La tendencia se perfila en todo el mundo, y representa un reto determinante para la industria vitivinícola que, con toda probabilidad, deberá iniciar su mutación.
Más allá de esta tendencia, la realidad de los consumidores puede ser completamente distinta. El vino es portador de valores que superan sus componentes. El sabor, el terruño, el origen (etc.) son tantos otros parámetros que determinan el acto de compra.
Producir vino ecológico o de producción integrada, natural o con menos aditivos es un auténtico desafío para los profesionales. Las cualidades organolépticas de los vinos, su maduración y su evolución en el tiempo están ampliamente determinadas por los aditivos. Suprimirlos o reducirlos puede dar lugar a una pérdida de calidad.
El proyecto VINOVERT se ha preparado para hacer frente a estos problemas, integrando a investigadores en toda la cadena:
químicos y enólogos para trabajar con los aditivos y adaptar las vinificaciones en función de las enfermedades desarrolladas por un viñedo;
agrónomos, para concebir y poner a prueba cepas resistentes de buena calidad, para calibrar los modos de conducta en la parcela con requisitos de sostenibilidad;
economistas y sociólogos, para evaluar las reacciones de los consumidores y de los mercados, para comprender los fenómenos comportamentales y los bloqueos institucionales.
Tres años de investigación llevarán a la obtención de los primeros resultados al servicio de los profesionales y de los consumidores, para unos productos más responsables y, probablemente, igual de deliciosos.