Hace milenios que bebemos vino. Estos siglos de producción han dado lugar a una multitud de experiencias y de competencias que se han ido desarrollando en los sectores vitícolas. Hoy en día, los terruños, las cepas, los climas, los invasores y las enfermedades siguen dando lugar a una gran variabilidad entre las distintas prácticas. En España, en Francia o en Portugal, cada uno ha sabido adaptar su oficio a su contexto, lo que ha llevado a la evolución de las prácticas profesionales y a la utilización de insumos en la vid o en el vino, la poda, el deshojado, el desbrotado... Para los investigadores de VINOVERT, es necesario respetar estas variaciones y estas competencias, y adaptar la ciencia a la realidad de los profesionales, garantizando así la validez de sus estudios.
En el marco del proyecto, se producirán cerca de cincuenta vinos. Para medir la pertinencia científica de los métodos aplicados, se han determinado pares de parcelas, por ahora en Francia y en España. De cada par, en una parcela se aplicarán las prácticas tradicionales del viticultor, y en la otra se aplicarán las variaciones dictadas por los objetivos de investigación. Cada parcela está dividida en cinco subparcelas, de las que se extraerán cincuenta racimos. De este modo, se podrán observar con gran precisión las variaciones entre una y otra, respetando siempre los usos de los territorios.
El proyecto cuenta con dieciséis parcelas en el suroeste de Francia, ocho en Galicia y ocho en Cataluña, cada una con sus características singulares en términos de prácticas profesionales y de objetivos de investigación.
Una investigación respetuosa de las prácticas profesionales
El proyecto VINOVERT se centra directamente en prestar servicio a los profesionales. Su concepción y su realización se basan en esta filosofía. Pero esta orientación requiere una confianza mutua y la implicación de todos los actores, especialmente de los viticultores. Para el éxito de las operaciones, nos hemos reunido con todos ellos de manera individual, para presentarles las orientaciones y los objetivos de la investigación, y explicarles los compromisos mutuos establecidos. En particular, los viticultores se comprometen a seguir los protocolos científicos establecidos para cada región.
De este modo, cada viticultor ha adoptado un proceso interactivo con los investigadores de VINOVERT, que permitirá medir el impacto de las enfermedades e identificar sus prácticas profesionales. También se trata de conocer el impacto de las nuevas prácticas en los costes de producción, para hacer una evaluación global de la factibilidad y de los beneficios de estas producciones.
Los vinos producidos se vinifican en el marco del proyecto y son probados por enólogos, químicos, sensorialistas especialistas de la cata y, por último, consumidores.