Técnicas y resultados
En el marco de sus actividades de estudio, Vinovert propone varios experimentos con consumidores. Con ellos, se pretende evaluar en el grado de valoración por parte de consumidores de vinos experimentales (vinos procedentes de variedades resistentes, de agricultura biológica, o vinos sin sulfitos añadidos, etc.) frente a vinos convencionales, con una calidad organoléptica equivalente o comparable. Los resultados medioambientales y sanitarios de los métodos de producción de los distintos vinos se han cuantificado usando dos indicadores: el índice de frecuencia de tratamientos (IFT) en viñedo, y el análisis de residuos de pesticidas.
La selección de los vinos
La selección de los vinos presentados a los consumidores, para realizar las comparaciones en los distintos experimentos, estuvo a cargo de un jurado profesional de entre 6 y 10 catadores, durante una cata a ciegas.
Aparte de las características organolépticas, de forma general, el segundo criterio que motivó las selecciones fue el rendimiento de los vinos en materia de reducción del uso de productos fitosanitarios a nivel del viñedo, o de estabilizantes en bodega. Junto a vinos convencionales de primera calidad y vinos «sin sulfitos añadidos», se seleccionaron vinos con certificación biológica, bien conocida por parte de los consumidores.
Los análisis de residuos de pesticidas
La presencia de residuos de pesticidas en los productos alimentarios es un tema relativamente antiguo en la literatura científica. En el caso del vino, los análisis son más recientes y se producen tras la creciente sensibilización de los medios de comunicación (y, por lo tanto, de los consumidores) sobre la aplicación de pesticidas en el ámbito vitícola1. Es conocido que las técnicas de análisis para determinar los residuos de pesticidas están en continua evolución y, a menudo, se constatan diferencias entre los resultados, en función de los laboratorios de análisis y la evolución de los vinos. Por este motivo, en el marco del proyecto Vinovert, se recurre a dos laboratorios distintos, empleando diferentes metodologías, para realizar análisis independientes en muestras de los mismos vinos:
- La Unidad de Enología del Instituto de las Ciencias de la Viña y el Vino (ISVV), Universidad de Burdeos, Francia.
- El Instituto de Investigación y Análisis Alimentario (IIAA) de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), España.
El ISVV examinó la presencia de 190 sustancias activas y cuantificó los compuestos detectados. El IIAA cuantificó los residuos de pesticidas en las mismas muestras de vino a partir de una lista predefinida de 33 compuestos. El IIAA también examinó en los vinos la presencia de un metabolito de los ditiocarbamatos, la etilentiourea (ETU), del folpet, (fungicida muy utilizado en viticultura que requiere una metodología de análisis diferentes), y de su metabolito, la ftalimida.
Cabe destacar, llegado este punto, que los límites máximos de residuos (LMR), que garantizan una presencia «razonable» de residuos de pesticidas en los productos alimentarios entre los consumidores europeos, aún no se han definido para el vino (ver el anexo VI del reglamento 396/2005), sino únicamente para las uvas de vinificación (en mg/kg). Por lo tanto, los resultados de los análisis no pueden compararse a límites reglamentarios propios del vino.
Puesto que no existe dicho LMR que permita proporcionar un valor comparativo de referencia, hemos optado por comunicar a los consumidores una información en términos de número de residuos presentes y en términos de cantidad. Sólo se han contabilizado los residuos de compuestos detectados por encima de los límites de cuantificación de las metodologías de análisis empleadas.
Para paliar esta ausencia de LMR en los vinos, los laboratorios de análisis o los profesionales del sector (bodegas y cooperativas, distribuidores e importadores) han desarrollado varias prácticas. La primera de ellas es transponer directamente el LMR europeo uvas de vinificación: los diversos informes de análisis1 de vino disponibles muestran que, en general, está práctica resulta inapropiada dado que durante el proceso de vinificación se produce una atenuación en los niveles de muchos pesticidas. Sin embargo, esta práctica es válida para las sustancias activas prohibidas que, generalmente, tienen un LMR uvas de vinficación de 10 µg/kg. La segunda aproximación se centra en la recomendación de fijar para vino unos LMR correspondientes al 10% de los límites legales (LMRs) en uva de vinificación. Así pues, para las moléculas autorizadas, los valores propuestos son más apropiados que en el caso anterior, aunque siguen siendo muy elevados respecto a los contenidos generalmente detectados en los vinos. Por último, una tercera práctica consiste en utilizar unos límites analíticos establecidos, en general, en 10 µg/L para afirmar la ausencia de residuos de pesticidas en los vinos.
Por otra parte, es relevante considerar que algunos países de fuera de la Unión Europea han instaurado sus propios LMR vinos, y puede utilizarse, en particular, en caso de exportaciones. También se han propuesto LMR a la OIV (Organización Internacional de la Viña y el Vino).
Un poco de técnica:
Para el análisis de los residuos de pesticidas por parte del ISVV, se utilizaron dos métodos de extracción para cada muestra de vino: la extracción QuEChERS se realizó como se describe en la resolución OIV-OENO 436-2012 y la extracción en fase sólida se realizó con cartuchos C18 siguiendo un procedimiento interno validado en el laboratorio. Ambos métodos de extracción utilizan tres patrones internos. Luego se inyectaron los extractos en una columna C18 para realizar una separación por cromatografía en fase líquida en fase inversa y los compuestos se detectaron utilizando el modo dMRM (dynamic Multiple Reaction Monitoring) en un espectrómetro de masa triple cuadrupolo (Agilent Technologies). Para el análisis de los datos de los cromatogramas, primero se utilizó un método de cribado con 190 compuestos para identificar los residuos de pesticidas en los vinos. A continuación, se cuantificaron los compuestos detectados empleando la metodología de adiciones standard. Por otra parte, la dosificación del cobre se realizó por espectrofotometría de absorción atómica según el método oficial OIV-MA-AS322-06 (resolución OIV-OENO 377-2009).
En el protocolo de análisis instaurado por el IIAA, las muestras se extrajeron en cartuchos SPE en fase inversa, de tipo HLB. Los isotopos estables del ciprodinil, el metalaxil, el imidacloprid y el carbendazim se utilizaron como surrogados internos. La determinación por LC-ESI-MS/MS se efectuó con una columna C18, de tipo UPLC, en el modo MRM. Cada muestra se analizó por duplicado, empleando cuantificación contra disoluciones patrón como método de cuantificación.
En los siguientes cuadros, los resultados de ambos laboratorios se presentan en columnas separadas.
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